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Nortlan, correduría ética y solidaria

Estefanía Rodríguez nos cuenta su experiencia con los Seniors de SECOT y los retos que se plantea para el futuro

¿En qué consiste el proyecto?

Nortlan es la primera correduría de seguros ética y solidaria del País Vasco. Nace con la intención de, a través de un acto tan cotidiano como contratar los seguros, transformar la forma de hacer negocios. Se prima la ética de las aseguradoras con las que trabajamos y se aporta el 12% del beneficio a proyectos sociales que son desarrollados por asociaciones sin ánimo de lucro de la zona. De esta forma conseguimos embarcar a los clientes, a las empresas y a las ONGs en un mismo barco. Se trata de trabajar sobre la Economía 4.0, una economía donde todos los agentes implicados ganen.

¿En qué momento decides que quieres emprender? ¿Influyó la falta de oportunidades laborales en su decisión? Yo creo que en realidad he sido emprendedora toda mi vida. Siempre he sido muy echada para adelante, pero los miedos hicieron que retrasara este momento hasta hace unos meses. Para mi emprender supone retarme a mi misma y traspasar los limites que tantas veces nos imponemos o nos imponen. Según salí de la universidad me dispuse rápidamente a buscar un trabajo por cuenta ajena, que me dotara de esa “falsa seguridad” que muchas veces buscamos. Era el ciclo normal. Así estuve 10 años de mi vida, buscando siempre demostrar mi valía en varias empresas con el afán de crecer profesional y personalmente. Hasta que un día  me di cuenta de que necesitaba algo más, necesitaba que mis valores como persona conjugaran con los valores de la empresa en la que trabajaba y decidí dar el paso de crear una empresa en la que me gustara trabajar.
En mi caso primó más la insatisfacción en mi anterior trabajo que la falta de oportunidades laborales. Me cansé de tener que demostrar más que los demás.

¿Cuál fue la implicación de los tutores Seniors de SECOT en tu proyecto? ¿qué te aportó su experiencia? El poder compartir tus inquietudes con personas que tienen tanto en su haber es gratificante. Trabajar con SECOT me dio la opción de absorber los conocimientos de personas que han vivido más que yo y eso me aportó otra visión más experiencial.  Además, cada uno de los integrantes de la organización tiene un perfil y eso dota a la asociación de una gran flexibilidad para abordar diferentes proyectos en diferentes ámbitos. Yo trabajé con Ángel López que viene del mundo de los seguros y que conoce mucho mejor que yo el sector.

¿Echas en falta más formación para el emprendimiento dentro de la formación reglada y/o universitaria?
Absolutamente, aunque las cosas han mejorado un poco, la cultura española no tiende al emprendizaje. En estados Unidos por ejemplo el que hayas fracasado alguna vez poniendo en marcha una idea de negocio esta bien visto, en España la gente esta esperando a que te la pegues para decirte: “ Te lo dije, anda sácate unas oposiciones que te irá mejor”. Al final las universidades, si lo piensas fríamente, tal y como se diseñaron, son mecanismos de creación de trabajadores no de innovadores. Es una pena que desde el mundo educativo no se fomente más la creatividad y el desarrollo personal.

¿Qué retos te planteas en el futuro?
Uf mil retos. Pero los retos me encantan. Los retos hacen que descubras habilidades en ti que no pensabas que existían. El mayor reto que tengo es darme a conocer y que la gente se atreva a probar una manera diferente de contratar sus seguros. Es importante que premiemos a las empresas que lo hacen bien si queremos ver en el mundo el cambio que deseamos.

¿Qué cualidades le recomiendas a alguien que adquiera antes de emprender un negocio?
Lo principal, no tener miedo al fracaso. Edison dijo: una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo. Desde luego que hay que medir los riesgos y llevar a cabo un buen plan de negocio analizando el mercado, pero que no te paralice el miedo a no lograrlo. Además, que no nos engañen, no hace falta ser Bill Gates o tener la idea del siglo, simplemente busca que es lo que te motiva, en que eres bueno y diferénciate. Diferenciarse puede significar aportar tu toque personal al proyecto, no hace falta inventar la pólvora. ¡Trabaja tu creatividad!